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La Historia Entera.

Javier Marín

ESCENA 19: CÁLAJAN Y BOB EN EL COCHE DE POLICÍA

INTERIOR, COCHE DE POLICÍA – MEDIODÍA

El teniente CALAJÁN y el sargento BOB, este último al volante, se dirigían a la comisaría central de Mamillas D.F. a toda pastilla. En los primeros cinco minutos de viaje el silencio era sepulcral, ya que su buen amigo LAZARD había sido asesinado. Después, movido por la importancia del caso, CÁLAJAN empezó a hacer preguntas a BOB sobre MAT.

CÁLAJAN
¿Se sabe algo más de ese Mat?

BOB
Sí. Aparte de alcohol, también encontramos restos de droga en su orina.

CÁLAJAN
¿Mucha cantidad?

BOB
Sí. Iba tan drogado que no se le puede considerar culpable. No hubiera podido llevar a cabo una masacre como esa. Por si acaso hemos registrado su casa y no hemos encontrado nada. Pero en su cuerpo encontramos manchas de pintura negra y se podía leer Nueva Mesopotamia.

CÁLAJAN
¿Cómo? ¿Por qué no se me ha comunicado antes? Que lleven una muestra de esa pintura a comisaría y la analicen para ver si es la misma que la que llevamos aquí. Por otra parte, en cuanto el tipejo ese recobre la conciencia quiero que se me avise. Tenemos que averiguar donde estuvo anoche.


El sargento BOB aparca de forma magistral justo enfrente de la comisaría. Los dos se quitan el cinturón de seguridad y salen del coche.

ESCENA 20: EL HIJO DE LAZARD

INTERIOR, COMISARÍA CENTRAL DE MAMILLAS D.F. - MEDIODÍA

El teniente CÁLAJAN y el sargento BOB avanzan por los pasillos de la comisaría central de Mamillas D.F. Suben las escaleras y llegan al tercer piso, donde se encuentran a un tipo alto y fuerte. Va con unas gafas de sol que impiden que se vean sus ojos. Pero la cara le es familiar a CÁLAJAN. De repente, este señor se dirige hasta ellos. Les va a decir algo, pero justo en ese mismo momento el teniente CÁLAJAN se acuerda de quien es.

CÁLAJAN
Lo siento Son. Tu padre era un buen hombre, un gran policía, un buen amigo...

SON
¡Cállate! ¿Se sabe quién es el culpable de la muerte de mi padre?

CÁLAJAN
Estamos investigándolo. Al parecer está relacionado con el asesinato de los Gallego-Reyna.

SON
¿Sólo tenéis eso? Vaya mierda, no se puede confiar en vosotros. Quiero que me mandes por fax toda la información que tienes a mi despacho de la comisaría del este de Mamillas D.F. ¿Entendido?

CÁLAJAN
Entendido. Ahora mismo voy a mi despacho y te la envío.


SON se va da la vuelta y se va sin despedirse. Mientas tanto, BOB no sabe todavía quien era ese tipo.

BOB
¿Quién era ese?

CÁLAJAN
El hijo del capitán Lazard. Ahora es teniente en la comisaría del este de Mamillas D.F.

BOB
No sabía que el capitán tuviera hijos.

CÁLAJAN
Es que el capitán nunca hablaba de él. Al parecer, discutieron cuando Son tenía 16 años y se fue de casa. Desde entonces no se volvieron a ver. Yo lo se porque en una noche de borrachera el capitán me lo contó todo. Bueno, y ahora a trabajar... Tú vete al laboratorio a analizar la muestra de pintura, mientras que yo voy a mi despacho a enviarle la información.


Son

ESCENA 21: UNA NUEVA CINTA

INTERIOR, COMISARÍA CENTRAL DE MAMILLAS D.F. - MEDIODÍA

El teniente CÁLAJAN corre hacia su despacho. Está confuso. Por una parte, el caso no tiene ni pies ni cabeza. Por otro lado, le parece extraño que SON se preocupe por la muerte de su padre. Entre un pensamiento y otro llega a la puerta de su despacho. Allí sigue CLAUDIA.

CÁLAJAN
¿Tienes algo para mí?

CLAUDIA
A llegado este paquete a tu nombre.

CÁLAJAN
¿Quién lo ha enviado?

CLAUDIA
No lo se. Hay una tarjeta pegada. A lo mejor lo pone ahí.

CÁLAJAN
(Mirando la tarjeta)
Vamos a ver... Aquí pone: “Como nos interrumpió en casa de Lazard, le enviamos esta maravillosa cinta”. ¡Dios mío! ¡Serán ca....! ¡Rápido! Dame tu walkman.


CLAUDIA le acerca cuidadosamente el aparatito. CÁLAJAN lo coge, lo abre, mete la cinta y le da al play. Sólo se oyen graznidos.

CÁLAJAN
Claudia, envía esta cinta al laboratorio para que la analicen y miren si hay alguna huella, que yo tengo que trabajar. No me pases ninguna llamada que no esté relacionada con este caso.

CLAUDIA
Vale.


CÁLAJAN, totalmente confuso y enfadado, se mete en su despacho. Al cerrar da un portazo que se oye por toda la planta.

ESCENA 18: OTRO CADÁVER MÁS

INTERIOR, CASA DEL CAPITÁN LAZARD – MEDIODÍA

El teniente CÁLAJAN nada más entrar sacó su pistola. Andaba silenciosamente por si el causante de todo ese desorden seguía en la casa. Estaba muy nervioso, pero los nervios no iban a poder con él. No era la primera vez que el teniente se veía en una situación así. Poco a poco recorrió toda la planta baja de la casa. Sólo había un gran desorden, como si alguien hubiera estado registrando la casa. Entonces, decidió subir al primer piso. Cuando ya había subido hasta la mitad de la escalera pudo ver manchas de sangre. El teniente aceleró el ritmo y enseguida vio el cuerpo inerte del capitán LAZARD. El olor era insoportable. El teniente sacó un pañuelo y se lo llevó hasta la cara. Echó un último vistazo a la casa para ver si aún se encontraba allí el asesino, pero no vio a nadie. Fue en ese preciso instante cuando empezó a ser consciente de que su antiguo compañero y amigo, el capitán LAZARD, había sido asesinado. Por ello, el teniente pegó una patada a la primera silla con la que se encontró, mientras que gritaba de rabia. Cuando ya se calmó un poco, cogió el teléfono y llamó al sargento BOB.


BOB
¿Qué quiere teniente?

CÁLAJAN
Bob... ha ocurrido una desgracia...

BOB
¿De qué se trata señor?

CÁLAJAN
El capitán Lazard ha sido asesinado. Al parecer, es el asesinó que esta mañana mató a los Gallego-Reyna. .

BOB
¿Cómo lo sabe?

CÁLAJAN
Porque el cuerpo también tiene manchas de pintura negra. Oye Bob, pide ayuda y venid aquí inmediatamente.

BOB
A sus órdenes, señor. Ahora mismo estamos allí.


El teniente CÁLAJAN colgó el teléfono y cogió una muestra de la pintura para analizarla posteriormente. Luego bajó a la planta baja, dejó la muestra en una mesa y se puso a buscar nuevas pistas Tras cinco minutos buscando, decidió centrarse en el cadáver. Al darle la vuelta, vio que en su espalda habían escrito con pintura negra Nueva Mesopotamia. De repente, el silencio fue roto por una voz familiar.


BOB
Teniente, ya estamos aquí. ¿Qué quiere que hagamos?

CÁLAJAN
Bob, tú vendrás conmigo a comisaría para analizar la pintura. Los demás quedáos aquí buscando pistas. En el momento que se produzca cualquier novedad me lo comunicáis.
¡Ah! – alzando todavía más la voz – Como me entere que algún periodista, y en especial Isaac Saider, entra en esta casa, les sancionaré a todos ustedes. Y ahora... ¡ a trabajar!


El teniente CÁLAJAN y el sargento BOB bajaron apresuradamente las escaleras. En la planta baja, el teniente cogió la muestra de pintura y se marcharon rápidamente de la casa.

Capitán Lazard

ESCENA 17: CONVERSACIÓN TELEFÓNICA

ESCENA 17: CONVERSACIÓN TELEFÓNICA EXTERIOR, CALLE - MEDIODÍA

El teniente CALAJÁN se dirige andando a casa de su amigo. Ya lleva diez minutos andando pero sigue dándole vueltas a la conversación que ha tenido con CLAUDIA. De repente, el sonido de un móvil interrumpe sus pensamientos. Se da cuenta que es el suyo y con rapidez lo busca por sus bolsillos. Al final, consigue contestar y rápidamente escucha una voz.

SARGENTO BOB
Teniente Cálajan, ¿a que no adivina quién ha venido a la escena del crimen?

CÁLAJAN
Creo que pueno imaginármelo. ¿Isaac?

SARGENTO BOB
Afirmativo teniente. Y al parecer ha sobornado a un policía y ha conseguido entrar en el edificio.

CÁLAJAN
¿Cómo? Ese periodista de pacotilla... Me va a oir cuando le vea. Oye Bob, ¿se sabe algo más del señor que entró en el edifico a través de la ventana?

SARGENTO BOB
Creemos que se llama Mat. Al parecer había bebido más de la cuenta. Ahora mismo está en el hospital.

CÁLAJAN
Muy bien. Sí se produce alguna novedad llámame al móvil. Ahora voy a visitar a nuestro antiguo capitán Lazard para pedirle consejo. Hasta luego.


El teniente CÁLAJAN cuelga el teléfono, se lo mete al bolsillo y alza la vista. Está ante la casa de su antiguo capitán LAZARD. Da unos pasos y llega a la puerta. Toca el timbre. Nadie contesta. Vuelve a llamar y nada. CÁLAJAN va hasta una ventana y ve que hay luces encendidas en el interior de la casa. Entonces acerca un poco más su cabeza hasta el cristal de la ventana y ve que hay jarrones rotos por el suelo. Algo malo le ha pasado a su antiguo compañero. CÁLAJAN sin pensárselo forza la cerradura y entra.

Sargento Bob

ESCENA 10: EL ROMANCE DE CÁLAJAN Y CLAUDIA

ESCENA 10: EL ROMANCE DE CÁLAJAN Y CLAUDIA INTERIOR, COMISARÍA CENTRAL DE MAMILLAS D.F. - DÍA

Tras la conversación telefónica con ISAAC, el teniente CÁLAJAN sale de su despacho cabreado y murmurando algún insulto contra los periodistas. De repente, escucha la única frase que le podía poner de peor humor. Unas palabras que salen de la boca de CLAUDIA, su secretaria.

CLAUDIA
¿Qué hay de lo nuestro, cariño?


El teniente, mordiéndose la lengua y con cara de mala leche, se da la vuelta para eludir la conversación. CLAUDIA insiste.

CLAUDIA
Basilio, cariño, te he hecho una pregunta.


CÁLAJAN se queda parado. No sabe que decir. Por un lado, él siempre ha sido un hombre libre que ha evitado cualquier tipo de compromiso con una mujer. Por otro lado, CLAUDIA le hace sentir cosas que ninguna otra mujer le había hecho sentir antes. La conoció hace un mes en la fiesta que sus compañeros le organizaron con motivo de su cumpleaños. Esa noche el teniente no le hizo mucho caso, pero dos días después se volvieron a encontrar en Mamma´s. Ella estaba buscando trabajo y él una nueva secretaria. Por ello, el teniente la contrató. Durante la primera semana su relación fue estrictamente profesional, pero a partir de ahí la cosa cambió. Empezaron a tontear en el trabajo y a los pocos días quedaron para cenar. Esa noche pasó lo que desde hace varios días parecía inevitable. Desde entonces, CÁLAJAN le da constantemente largas pero al poco tiempo se arrepiente y vuelven a liarse. Y es que CÁLAJAN sabe que se está enamorando de ella pero no quiere reconocerlo para poder mantener su imagen de tipo duro. Por ello, no sabe que decir. El silencio es insoportable. Él quiere que le trague la tierra y se siente incómodo. Ella espera impaciente una respuesta. Al final, BASILIO, da una respuesta, pero lo ha dicho tan bajo que casi no se oye nada.

CLAUDIA
No te he oido, cariño. ¿Me lo puedes repetir?

CÁLAJAN
No quiero salir en estos momentos con nadie. Lo siento Claudia.


El teniente se va rápidamente. Tiene que ir a casa de un antiguo compañero a pedirle consejo sobre la masacre, pero no puede quitarse de la cabeza a CLAUDIA. Mientras, ella se queda sentada en su mesa llorando desconsoladamente.

Claudia

ESCENA DOS: EL TENIENTE CÁLAJAN

ESCENA DOS: EL TENIENTE CÁLAJAN INTERIOR, CASA DE LA MASACRE - DÍA

A pocos metros de la casa de MAT, ha tenido lugar un suceso trágico. Todos los habitantes de una casa han aparecido muertos. Por ello, llaman al mejor policía de la brigada de homicidios: el teniente CÁLAJAN, condecorado varias veces a lo largo de su carrera.

El teniente llega lo antes posible a la zona del crimen. El panorama es desolador. Hay cadáveres por todas partes. El olor es insoportable. CÁLAJAN entra en la casa tapándose la cara con un pañuelo para buscar alguna pista. Comienza examinando los cuerpos sin vida de los habitantes. Todos tienen manchas negras de pintura. CÁLAJAN está confuso y decide buscar alguna huella pero no encuentra ninguna. Nadie entiende nada.

De repente se oye un gritó.

UN POLICÍA
¡Aquí hay un casette!


El teniente se dirige rápidamente hacia esa persona. Coge la cinta y ve que hay una etiqueta en la que pone lo siguiente: “Nueva Mesopotamia”. Como no es un experto en música, ordena a uno de sus ayudantes que mire si hay algún grupo de música que se llame así. Para no perder tiempo, también pide que le traigan algo para poder escucharla. Otro policía le trae un walkman que ha encontrado en uno de los cuartos. CÁLAJAN, totalmente sudoroso por los nervios y la tensión mete la cinta en el aparatito y le da al play. Sólo se oyen graznidos.

Mientras tanto, la prensa empieza a llegar al lugar de la masacre y CÁLAJAN que no es muy amigo de los periodistas decide irse a la comisaría para analizar el casette. Justo antes de salir de la casa le confirman que no hay ningún grupo de música registrado con ese nombre. El teniente sale y se marcha pensativo y confuso. Lo único que sabe es que este va a ser el caso de su vida.

El teniente Cálajan